Por Matías Zouvi
En varias oportunidades escuché la frase que se puede cambiar todo, menos de equipo. Pero ¿a qué se debe el fanatismo de jóvenes y adultos por un equipo o seleccionado?
La pasión es generalmente asociada a un sentimiento tan profundo que desborda la frontera del dolor físico o psicológico. La palabra deriva del latín passio que significa sufrir, y verdaderamente sufrimos cada vez que nuestro equipo sale a la cancha.
Sea de barrio o jugando en las grandes ligas, quien no ha sufrido por un partido de fútbol, un encuentro de básquet que se define en suplementario, una carrera interminable, entre tantos deportes por nombrar algunos.
Steve Jobs, creador de Apple, dice que la pasión “nace del corazón y se manifiesta en la forma de optimismo, entusiasmo, conexión emocional, determinación. Alimenta un impulso implacable”.
Justamente para lograr este impulso al éxito implacable se debe atravesar por el sufrimiento, que en muchos casos se transforma en felicidad cuando el resultado acompaña. O no, pero la pasión sigue intacta.
Un claro ejemplo es la final del Mundial de Fútbol, donde Argentina ganaba cómodo y terminó sufriendo con una memorable atajada del “Dibu” Martinez a Muani a los 123 minutos del suplementario. Acción que detuvo más de un corazón y alcanzó para llevar el encuentro a los penales.
Párrafo aparte para los penales, momento donde el corazón comienza a latir más fuerte y llegamos a la cúspide del sufrimiento. Aunque muchos dicen que “si se sufre vale doble”,la pasión no se negocia.
Que nos van a venir a decir a los amantes del fútbol que es solo un deporte donde corren 22 jugadores intentando marcar en un arco de 7.32 x 2.44 mts. Si muchos no saben la sensación al ver nuestro equipo perder, sufrir una injusticia o celebrar un campeonato.
La pasión es un sentimiento que ¿se hereda o se construye? En muchos casos los hijos nacen con la “presión” de sus padres por heredar la pasión por un deporte o un club, aunque lo cierto es que en la mayoría de los casos el deporte es una pasión que se comparte entre padres e hijos.
Leave a comment